Buenos días, hoy martes les tengo una nueva publicación que me fue inspirada por un par de acontecimientos de este fin de semana, espero les guste. 

Desperté, y se me vino a la mente esta frase “Ve donde las aguas son más profundas”; y comencé a analizar ciertos puntos de la vida, del amor, de la amistad y sobre todo del sexo.

Conozco varias historias divertidas y otras no tanto. Sé de mucha personas que pasaron por situaciones repentinas, por cierto agradables, y otras vinculadas a una catástrofe sentimental.

En algún momento de nuestras vidas todos nos enamoramos de alguien que simplemente no podía correspondernos, y tienes dos caminos: te olvidas de ese sentimiento y disfrutas de tu soltería, o simplemente sigues con la esperanza de ser algún día correspondido, lo cual parece una epidemia de amor patológico o una increíble dependencia emocional, a lo que yo elijo la primera.

Nunca me gustó sufrir por amor, menos encerrarme a llorar y martirizarme escuchando canciones con un contenido de sufrimiento impresionante, eso no va conmigo. Yo prefiero vivir, pensar, decir y hacer lo que me plazca, sin tener a alguien que vaya controlando cada paso que doy, claro que cuando llegue la persona que sea capaz de compartir la misma filosofía de vida que tengo, y podamos compenetrarnos en una excitante compañía diaria, lo haré, me enamoraré.

Soy de esas chicas que suele aburrirse rápido de alguien, es por eso que no me niego la oportunidad de vivir, de disfrutar la compañía de algún extraño, o la de un amigo habitual, solo dejo que mis sentidos fluyan, porque lo mejor de esta vida es poder disfrutarnos unos a otros, disfrutar a tu amigo o amiga, disfrutar a tu familia, disfrutar a tu pareja, o quizás y por qué no disfrutar de alguien casual, disfrutar del sexo que va desde lo noble hasta lo inmoral, disfrutar de esas cualidades únicas donde la palabra clave es la diversidad, de formas, de sabores, y anécdotas de detalles que parecen pececillos fugaces.

Personalmente me atrapan elementos visuales como un piso de cuadros, de unos dvds, o como de un vigoroso chorro al orinar.

Pero sé que el sexo puede resultar siendo una experiencia maravillosa o malísima, pero pocas veces resultan siendo un error, ya que no se necesita enamorarse, ni un compromiso para tener sexo, solo disposición a disfrutar, y en realidad es lo único que buscas en ese momento, ser complacida enteramente, disfrutar de todos tus sentidos, y compenetrarte con esa unión de dos cuerpos fusionados en uno solo.

Si bien es cierto, el amor es la respuesta, pero mientras esperas la respuesta, el sexo plantea algunas preguntas bastante interesantes. Como Woody Allen dijo: “Lo primero mejor que hay en la vida, es el sexo con amor, y lo segundo más bueno, es el sexo sin amor”.

Solo disfruten y sean felices.